lunes, 11 de julio de 2011

Familias rotas por falta de amor "promueven" caída en droga y alcohol

BUENOS AIRES, 10 Jul. 11 / 06:09 pm (ACI)
El Obispo de Santiago del Estero, Mons. Francisco Polti, señaló que uno de los principales factores que hacen que los jóvenes caigan en las drogas y el alcohol tiene que ver con la ausencia del amor en la familia, que genera un vacío muy grande que nunca va a ser poder llenado con esas sustancias adictivas.

En declaraciones al diario El Liberal, el Prelado explicó que si falta la vida familiar en la vida de un joven, si falta el amor, el joven cae en un profundo vacío moral y espiritual y aparece el riesgo de las adicciones, que no van a solucionar nada sin la familia, "porque la familia es elemento clave en la formación del carácter de una persona y de sus actitudes hacia la sociedad".

Asimismo, observó que en la actualidad hay un "preocupante aumento" de las salidas negativas ante las crisis matrimoniales y familiares, y que "existen carencias para ofrecer una educación integral para hacer frente a problemas comunes: falta de diálogo, falta de tiempo para compartir, el miedo a comunicar, el silencio, el consumismo, etc."

"En una sociedad que busca la propia comodidad a toda costa, en la cual se está más interesado en tener que en ser, no sorprende la cultura de la muerte. Se ha perdido el sentido de la vida, y se vacía la persona de su dignidad, llevándola a la frustración y a la vía de la autodestrucción".

Por ello, enfatizó, "en una sociedad así descrita, la droga y el consumo de alcohol son una fácil e inmediata, pero mentirosa, respuesta a la necesidad humana de satisfacción y de verdadero amor".
Mons. Polti insistió en señalar "con dolor" que los jóvenes que han caído en la adicción de la droga y el alcohol "son enfermos de amor, no saben amar y no saben amar de modo justo porque no han sido amados en modo justo".

"Ciertamente que ser padre o madre es una de las actividades más complejas e importantes del género humano. Entre los padres conscientes crece la preocupación de que los jóvenes estén atrapados en un materialismo, en detrimento del carácter. Muchos llevan una vida en la que el desarrollo de las virtudes y la fe escasean o faltan por completo", aseguró.

El Obispo dijo luego que "la droga y el alcohol no son el problema principal en los jóvenes. El consumo de estas sustancias es una repuesta mentirosa y engañosa a la falta de sentido positivo de la vida. En el centro de esta problemática se encuentra el hombre, sujeto único e irrepetible, con su interioridad y específica personalidad".

"Detrás de comportamientos desconcertantes, frecuentemente aberrantes e inaceptables de nuestros queridos jóvenes, se puede percibir un rayo de ideales y de esperanza", concluyó.