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Mons. Carmelo Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia |
“De allí, la necesidad de una permanente purificación de la fe por la escucha de la Palabra y la celebración de la Eucaristía, explicó.
Tras reconocer que sería largo referir a las fantasías y desilusiones de los cristianos a través de la historia, consideró conveniente que, en la Argentina, fieles y pastores “tomemos conciencia de las que han afectado nuestro proceso de crecimiento en la fe”.
“Las hubo de todo tipo. Unas más espiritualistas, fundadas a veces en revelaciones privadas o en métodos pastorales. Otras más terrenales, mezcladas con ideologías políticas de signos contrarios”, precisó.
A modo de ejemplo, citó dos: “A fines de los años 40, desde labios muy autorizados se dijo que ‘los cristianos debemos subirnos al tren del justicialismo’, como si éste fuese la concreción del reinado social de Cristo”, indicó.
“En el primer lustro de los 70 se decía ‘el Reino de Dios hoy pasa por el Pe Jota’, no importaba que en éste militasen grupos violentos, opuestos entre sí, inspirados en el fascismo y en el marxismo”, agregó.
Por último, monseñor Giaquinta estimó que “para curarnos de las fantasías opuestas a la fe tenemos un camino: proponer y escuchar el Evangelio con fe viva y celebrar la Eucaristía con dignidad. El planteo puede parecer ridículo, sobre todo si miramos a lo gigantesco que es el desafío del mundo a evangelizar. Pero es así nomás. Es el método imprescindible que nos legó Jesús en Emaús. Y al que la Iglesia recurre desde hace dos mil años. Conviene que revisemos cómo lo empleamos”.+
Texto completo de la homilía