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P. Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede |
Ante la muerte de un hombre –manifestó Lombardi– un cristiano no se alegra jamás, pero reflexiona sobre las graves responsabilidades de cada uno ante Dios y ante los hombres y espera, y se compromete, para que este tipo de acontecimientos no sean ocasión para un incremento del odio, sino de la paz”.
La muerte de Bin Laden fue anunciada al mundo por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en una alocución desde la Casa Blanca. Un comando de las fuerzas especiales del ejército norteamericano asaltó la mansión donde Bin Laden se escondía, en la localidad paquistaní de Abottabad, cerca de la capital, Islamabad.