Jerusalén (Tierra Santa), 17 Mar. 11 (AICA)
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| Restos de Santa Teresa de Lisieux |
Los restos de Santa Teresa de Lisieux, patrona de las Misiones, llegaron el lunes 14 de marzo al aeropuerto israelí de Tel Aviv y fueron traslados a Jerusalén, donde -tras recorrer templos carmelitas- fueron sepultados en la sede del Patriarcado Latino, explicaron a la prensa desde la Custodia Franciscana de Tierra Santa.
El nuncio apostólico, monseñor Antonio Franco; el patriarca latino, monseñor Fouad Twal, y otros 25 representantes de la Iglesia católica en Tierra Santa acudieron a la terminal aérea para recibir los restos de la monja carmelita francesa Teresa de Lisieux, quien falleció en 1897 teniendo apenas 25 años de edad.
La religiosa sirvió durante una década en la comunidad carmelita de Lisieux (en Normandía, Francia) y murió a edad temprana de tuberculosis.
Sus memorias, tituladas "Historia de un Alma", tuvieron un amplio reconocimiento y derivaron en su nombramiento años más tarde como Doctora de la Iglesia y co-patrona de Francia junto a Juana de Arco.
Las reliquias de Santa Teresa del Niño Jesús peregrinaron por varias parroquias carmelitas y finalmente fueron depositadas en la sede del Patriarcado Latino de Jerusalén, en la puerta de Yafa de la vieja ciudadela amurallada.
El nuncio apostólico, monseñor Antonio Franco; el patriarca latino, monseñor Fouad Twal, y otros 25 representantes de la Iglesia católica en Tierra Santa acudieron a la terminal aérea para recibir los restos de la monja carmelita francesa Teresa de Lisieux, quien falleció en 1897 teniendo apenas 25 años de edad.
La religiosa sirvió durante una década en la comunidad carmelita de Lisieux (en Normandía, Francia) y murió a edad temprana de tuberculosis.
Sus memorias, tituladas "Historia de un Alma", tuvieron un amplio reconocimiento y derivaron en su nombramiento años más tarde como Doctora de la Iglesia y co-patrona de Francia junto a Juana de Arco.
Las reliquias de Santa Teresa del Niño Jesús peregrinaron por varias parroquias carmelitas y finalmente fueron depositadas en la sede del Patriarcado Latino de Jerusalén, en la puerta de Yafa de la vieja ciudadela amurallada.
