Mons. Carmelo Juan Giaquinta |
“Por lo visto, la del Dios-Amor no es una consideración circunstancial en el Nuevo Testamento. Hace a su esencia”, subrayó en su reflexión semanal.
El prelado explicó “que, como suelo repetir, Dios no revela nada sólo para que lo conozcamos. Sino para que creyendo de veras en su palabra, la abracemos con fe viva y la pongamos en práctica”.
“Juan nos muestra el camino: ‘Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros’”, indicó.
“Se trata para los cristianos de tener un amor fundado en el amor de Dios por el hombre pecador. Por tanto, no sólo al amigo, sino al enemigo. Estamos llamados a diferenciarnos, como creyentes y como ciudadanos, de los que conocen sólo la ley del talión”, puntualizó.
Por último, monseñor Giaquinta señaló que el mismo Jesús enseña este mensaje de amor en el Sermón del Monte: “Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo. Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en cielo”.