jueves, 31 de mayo de 2012
Ley de identidad de género es el positivismo jurídico al extremo, advierte Mons. Aguer...
BUENOS AIRES, 31 May. 12 / 06:11 am (ACI/EWTN Noticias).-
El Arzobispo de La Plata (Argentina), Mons. Héctor Aguer,
criticó la ley de identidad de género aprobada el 9 de mayo por el
Congreso de la Nación, pues es el positivismo jurídico llevado hasta el
extremo donde se transforma la idea sobre el ser humano y la libertad
queda convertida en puro deseo, por encima de la razón.
En su programa Claves para un Mundo Mejor el Prelado se refirió a la
ley que permite a cualquier persona –incluidos menores de edad-,
"solicitar la rectificación registral del sexo, y el cambio de nombre de
pila e imagen aún sin alterar sus caracteres exteriores".
"En la ley de identidad de género el positivismo jurídico es llevado
hasta el extremo. ¿Basta que el legislador quiera que las cosas sean de
un modo para que sean así? ¡No, aunque a él se le ocurra, las cosas no
son así!", expresó Mons. Aguer.
El Arzobispo de La Plata advirtió que en esta ley el sexo, ser varón o
mujer, "queda absorbido por lo que se llama género y no sólo por el
género como algo objetivo, cultural, sino por el género entendido como
lo que la persona siente, la vivencia íntima, el deseo".
"Parece que para los legisladores el hecho de que uno sea varón o
mujer es la suerte que le tocó en una especie de lotería de la vida
y que es, para algunos, una mala suerte (…). Desde el punto de vista
filosófico se puede observar que en realidad aquí lo que se transforma
es la idea del hombre, del ser humano, sin más", señaló.
Dijo que por tanto, "si no hay naturaleza sino cultura, y lo cultural
es ahora lo natural; si la libertad es darse el gusto, sacarse el
deseo, cumplirlo, entonces quiere decir que la felicidad es simplemente
el placer, y no la realización plenaria, de la vida de la persona en
todas sus dimensiones, sino el placer y fundamentalmente el placer
sexual".
Mons. Aguer recordó que Dios creó al ser humano varón y mujer, cuya
complementariedad está orientada "a la continuidad de la humanidad sobre
la tierra. En este hecho se expresa un designio divino que el
legislador no puede modificar arbitrariamente".
Sin embargo, indicó, esto ha querido ser cambiado por los legisladores argentinos. "¡Qué razón tiene el papa Benedicto XVI
cuando insiste en que la problemática principal en la cultura
contemporánea es la problemática antropológica, es decir la idea del
hombre, la definición del hombre!", expresó.