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| El Papa da la primera comunión a una niña |
“La Resurrección- dijo el Papa- no borra las señales de la crucifixión. Por eso Jesús enseña las manos y los pies a los discípulos. Y, para convencerlos, les pide incluso algo para comer. Gracias a estos signos, muy realistas, los discípulos superan las dudas iniciales y se abren al don de la fe que les permite entender cuanto está escrito sobre Cristo 'en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos'”.
“El Salvador nos asegura su presencia real entre nosotros por medio de la Palabra y de la Eucaristía. Como los discípulos de Emaús reconocieron a Jesús al partir el pan, también nosotros encontramos al Señor en la celebración eucarística”.
El Papa resaltó que, tal como enseñó Santo Tomás de Aquino, “es necesario reconocer según la fe católica, que todo el Cristo está presente en este sacramento”.
Finalmente el Pontífice pidió a la Virgen María que “nos ayude a escuchar con atención la Palabra del Señor y a participar dignamente en la mesa del Sacrificio Eucarístico, para convertirnos en testimonios de la nueva humanidad”.
Después del Regina Coeli, el Papa se refirió a la beatificación de María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, fundadora de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento, que tuvo lugar el sábado 21 de abril en México.
“Demos gracias a Dios -dijo- por esta hija ejemplar de la tierra mexicana que hace poco tuve la alegría de visitar y que llevo siempre en el corazón”.
