La Plata (Buenos Aires), 1 Mar. 11 (AICA)
El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, destacó la obra de la beata María Ludovica De Angelis, sobre todo su tarea en el Hospital de Niños -que hoy lleva su nombre- y al cual ella hizo crecer hasta convertirse en una institución que es “orgullo de los platenses, un orgullo nacional”.
“Llevó adelante la obra poniendo en juego sus dotes naturales: una inusual capacidad de trabajo, previsión, honestidad a toda prueba, pero además las virtudes cristianas, sobre todo fortaleza y esperanza, y su continua oración. Cumplió sencillamente el lema de la santa Madre Rossello: corazón a Dios y manos al trabajo”, subrayó al presidir una misa en memoria de la religiosa en la catedral Nuestra Señora de los Dolores.
El prelado indicó que “la exigencia inexorable que sostenía Ludovica cuando se trataba del cuidado de los pequeños enfermos iba acompañada de una afectuosa humanidad”, y sostuvo que “en este rasgo se advierte también la armoniosa coordinación de las virtudes: la veracidad y la justicia, la fortaleza y el amor. Ella ayudaba y defendía al personal a su cargo y hasta alojaba en el hospital a los que no tenían casa mientras hacía gestiones para conseguirles una”.
“Un curioso episodio ilustra cabalmente este aspecto de su personalidad. El delegado del Sindicato de Salud Pública se le presentó en una oportunidad para quejarse de las medidas disciplinarias que ella, como administradora, había aplicado al personal. Como respuesta la monja le dijo: ‘Mire, delegado, y atención: al buen personal yo lo estimulo y ayudo. Al malo lo corrijo y lo aconsejo para que se mejore; si no mejora hay que castigarlo. En cambio usted se empeña en seguir defendiéndolo aunque abandone la guardia, aunque robe los medicamentos, aunque descuide la atención de los chicos… Al final, yo le voy a tener que enseñar a usted cómo se hace el verdadero sindicalismo’. Imaginemos a Ludovica como secretaria general de la CGT; ¡qué curso tan distinto habrían tomado algunas cosas en la Argentina!”, reflexionó.
Monseñor Aguer anunció la creación de una nueva parroquia en una zona de Tolosa, cercana a la autopista, que llevará el nombre de la beata Ludovica, para “atender especialmente a los habitantes del barrio recientemente levantado allí".
Tras agradecer a la Municipalidad de La Plata y a su Concejo Deliberante por la cesión del terreno donde se edificará la sede parroquial, que constará de templo, casa sacerdotal y dependencias para la acción pastoral, aseguró que "más que una promesa, esta nueva presencia eclesial es ya una realidad en ese lugar”.
En ese sentido, recordó que “en la segunda semana de este mes de febrero se ha desarrollado allí una misión, organizada y conducida por el obispo auxiliar, monseñor Nicolás Baisi, de la que participaron numerosos jóvenes de diversas parroquias y movimientos de la arquidiócesis junto con sacerdotes y religiosas. Fue en cierto modo, un acto fundacional".
“La nueva parroquia, según el espíritu de la Superiora Ludovica, tendrá que dedicarse de modo preferencial a la atención integral de la infancia, hoy peligrosamente amenazada en su vida, salud, educación y dignidad y sobre todo en riesgo de no acceder a la fe, o de perderla. La misión continuará con la misa dominical y la catequesis, ahora en una instalación precaria mientras se elabora el proyecto y se van reuniendo los recursos para la edificación de una iglesia que debe ser austera pero bella”, concluyó.+
Texto completo de la homilía
“Llevó adelante la obra poniendo en juego sus dotes naturales: una inusual capacidad de trabajo, previsión, honestidad a toda prueba, pero además las virtudes cristianas, sobre todo fortaleza y esperanza, y su continua oración. Cumplió sencillamente el lema de la santa Madre Rossello: corazón a Dios y manos al trabajo”, subrayó al presidir una misa en memoria de la religiosa en la catedral Nuestra Señora de los Dolores.
El prelado indicó que “la exigencia inexorable que sostenía Ludovica cuando se trataba del cuidado de los pequeños enfermos iba acompañada de una afectuosa humanidad”, y sostuvo que “en este rasgo se advierte también la armoniosa coordinación de las virtudes: la veracidad y la justicia, la fortaleza y el amor. Ella ayudaba y defendía al personal a su cargo y hasta alojaba en el hospital a los que no tenían casa mientras hacía gestiones para conseguirles una”.
“Un curioso episodio ilustra cabalmente este aspecto de su personalidad. El delegado del Sindicato de Salud Pública se le presentó en una oportunidad para quejarse de las medidas disciplinarias que ella, como administradora, había aplicado al personal. Como respuesta la monja le dijo: ‘Mire, delegado, y atención: al buen personal yo lo estimulo y ayudo. Al malo lo corrijo y lo aconsejo para que se mejore; si no mejora hay que castigarlo. En cambio usted se empeña en seguir defendiéndolo aunque abandone la guardia, aunque robe los medicamentos, aunque descuide la atención de los chicos… Al final, yo le voy a tener que enseñar a usted cómo se hace el verdadero sindicalismo’. Imaginemos a Ludovica como secretaria general de la CGT; ¡qué curso tan distinto habrían tomado algunas cosas en la Argentina!”, reflexionó.
Monseñor Aguer anunció la creación de una nueva parroquia en una zona de Tolosa, cercana a la autopista, que llevará el nombre de la beata Ludovica, para “atender especialmente a los habitantes del barrio recientemente levantado allí".
Tras agradecer a la Municipalidad de La Plata y a su Concejo Deliberante por la cesión del terreno donde se edificará la sede parroquial, que constará de templo, casa sacerdotal y dependencias para la acción pastoral, aseguró que "más que una promesa, esta nueva presencia eclesial es ya una realidad en ese lugar”.
En ese sentido, recordó que “en la segunda semana de este mes de febrero se ha desarrollado allí una misión, organizada y conducida por el obispo auxiliar, monseñor Nicolás Baisi, de la que participaron numerosos jóvenes de diversas parroquias y movimientos de la arquidiócesis junto con sacerdotes y religiosas. Fue en cierto modo, un acto fundacional".
“La nueva parroquia, según el espíritu de la Superiora Ludovica, tendrá que dedicarse de modo preferencial a la atención integral de la infancia, hoy peligrosamente amenazada en su vida, salud, educación y dignidad y sobre todo en riesgo de no acceder a la fe, o de perderla. La misión continuará con la misa dominical y la catequesis, ahora en una instalación precaria mientras se elabora el proyecto y se van reuniendo los recursos para la edificación de una iglesia que debe ser austera pero bella”, concluyó.+
Texto completo de la homilía
